lunes, 16 de junio de 2008

Cavas Canals y Casanova


Cuando estén por Cataluña, no pueden dejar de ir a Sant Sadurní D´Anoia, en las afueras de Barcelona. Un pequeño pueblo que es la capital de los famosos vinos espumantes españoles, mejor conocidos como Cava. La bodega mas conocida, y creo que la mas grande, es Freixenet, la cual pueden visitar en un tour guiado por las instalaciones. Si ya han visitado viñedos anteriormente, pueden obviar esta parada e ir directamente a lo que realmente merece la pena, una buena comida clásica de la zona en la casa principal convertida en restaurante de Cavas Canals y Casanova. Fuimos con un amigo que lleva bastante tiempo en Barcelona, por lo que llegamos directo (el camino es algo confuso) y con previa reservación. Una vez allí, ordenamos una garrafa de cava, la cual bebimos directo vertiendo el contenido en la boca, mientras esperábamos por nuestra mesa. En el medio del restaurante hay una gran parrilla en donde se cocina casi todo lo que sirven. Tuvimos la suerte de sentarnos en una mesa justo al lado de la parrilla, y tan pronto nos sentamos, nos sirvieron pan con tomate, muy típico catalán, y por supuesto, mas cava. Enseguida nos trajeron alcachofas y calcots, una especie de cebollin de la zona, algo dulce, y que al cocinarlo en la parrilla adquiere una gran suavidad, lo cual hace muy fácil pelarlos, mojarlos en una salsa y comerlos enteros. Luego vino la carne y la butifarra, acompañados por supuesto de mas cava y mas calcots. Un verdadero festín de buena comida en un ambiente rustico y muy agradable. La comida perfecta para un domingo entre amigos. Debo acotar que fuimos a Sant Sadurní D´Anoia directo desde el aeropuerto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada parecida la realidad con la imagen que se intenta transmitir con las fotos y los comentarios publicados. Con la intención de hacer una buena calçotada y con la reserva hecha con más de un mes de antelación, nos presentamos un grupo de 30 personas entre adultos y niños a la hora convenida y tuvimos que esperar más de una hora a que nos asignaran mesa; antes de eso, tuvimos que hacer cola en un mostrador para que nos anotaran los menús de cada comensal, es decir, no nos tomaron nota en la mesa, se supone que para mejorar el servicio (ja, ja..).
El restaurante caótico, niños corriendo por las salas, gritos, bullicio, descontrol, gente, mucha gente por todas partes, entrando y saliendo, deambulando por el restaurante y fuera de el, calculo que deberíamos ser más de 300 comensales en todo el restaurante, así que eso de comedor para 100 personas no es cierto.
En todo momento estuvimos mal atendidos, manteles de papel, servilletas de papel en una esquina y sírvase usted mismo, cubertería y cristalería propia de un bar de carretera, nada con la que reflejan las fotos, el trato por parte del personal vejatorio, estaban colapsados ante la avalancha de clientes que tenían, tuvimos que reclamar constantemente a los camareros para estar medianamente atendidos porque en todo momento nos faltaba de todo.
Comimos antes los adultos que los niños porque la comida de ellos la trajeron después que la nuestra, es decir, ninguna consideración hacia los crios después de estar más de una hora esperando. Y la comida, escasa, muy escasa, 10 calçots por cabeza y sin posibilidad de repetir como suele ser habitual en muchos restaurantes, mal cocinada, la carne dura, mal presentada, fria, botes de all i oli que daban la sensación que ya habían pasado por otras mesas... ah, pero eso si, los 30 euros por comensal no los perdonaron.... y ningún detalle hacia nosotros por tan mal trato.
Todo esto denotaba en primer lugar una falta clarísima de personal y por otro lado me da la sensación que aprovechando la temporada de las calçotadas el afán del enriquecimiento a cambio de un penoso y mal cuidado servicio.
Nos trataron muy mal, pero que muy mal, y este servicio me parece que era el mismo en todas las mesas.
Añadir que para una sala de más de 200 comensales (la planta baja que es donde estuvimos hacinados), sólo tienen un lavabo para señoras y otro para caballeros, con dos urinarios (el de caballeros, claro), con una sola pica para lavarse las manos, por cierto, con agua fria porque la caliente brilla por su ausencia y en invierno se agradece, y cuando el jabón se acaba pues se acaba, y les aseguro que con tanta gente, se acaba antes de que te traigan el segundo plato. Ah, y ya se pueden imaginar el estado del suelo del lavabo después de pasar tanta gente por allí....
En mi opinión y en la de 30 comensales más, es un restaurante nada recomendable, en absoluto, al menos en temporada de calçots, no deberían querer aprovechar tanto el espacio y deberían cuidar más al cliente con un mejor servicio, con más personal y sobre todo, con mejor y más comida. Mientras haya gente dispuesta a pagar por ese trato, restaurantes como estos seguirán existiendo.
Ah, otro detalle imperdonable y alguna sugerencia: en un restaurant de unas caves que elabora su propio cava, por favor, no lo sirvan en copas pequeñas de champán francés, no se estila, no es lo propio, ni el vino en vasos de agua (y pongan dos vasos, uno para el agua y otro para el vino....) y tengan cerveza que no por ello los clientes van a dejar de consumir sus productos.

Anónimo dijo...

Hola buenos dias, me parece que tu opinion no tiene nada que ver con este restaurante, el que comentas tu es: Canals y Domingo. Canals y Casanova, calidad-precio esta muy bien. Saludos Cordiales

Anónimo dijo...

Hola,

Hay que tener en cuenta que hay dos restaurantes con el mismo nombre, el bueno es el de Sant Sadurni D'Anoia en la Calle Joan Maragall.

Anónimo dijo...

Hola
Me parece que todos queremos comer bueno , bonito y barato y eso no puede ser .Queremos pagar poco estar bien servidos y con mucha cantidad de comida y eso es imposible . Si te quedas con hambre pide mas ,luego lo pagas y ya esta