Durante un viaje de negocios a Bogotá, mi socio y yo nos tomamos el día domingo para pasear por la ciudad. El paseo comenzó en plena Plaza Bolívar, y de allí comenzamos a caminar por los museos y edificios históricos. Obviamente, antes de emprender cualquier caminata teníamos que alimentarnos apropiadamente, y para ello nada mejor que comer algo típico en pleno centro de Bogotá. Justo en una calle que sale de la Plaza Bolivar, hay una serie de establecimientos que muestran es sus vitrinas externas todo tipo de arepas, empanadas, almojábanas. Comenzamos a caminar hasta que vimos uno que realmente nos llamo la atención, comenzamos pidiendo una arepa de choclo (maíz), y una empanada de pollo, luego probamos la empanada de carne, almojábanas, carimañolas (una especie de croqueta de yuca rellena de queso o carne), etc. Al final probamos casi todos los “platillos”, todos ellos compartidos para poder probar la mayor variedad posible. Todos estaban bien preparados, limpios y bien resueltos. Después de este festín, nos encaminamos a conocer el centro de la ciudad y planificar donde almorzaríamos ese día.
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